La Olla Embarazada - Fábula Empresarial
Por: Jorge Bucay Un señor le pidió una tarde a su vecino una olla prestada. El dueño de la olla no era demasiado solidario, pero se sintió obligado a prestarla. A los cuatro días, la olla no había sido devuelta, así que, con la excusa de necesitarla fue a pedirle a su vecino que se la devolviera. — Casualmente, iba para su casa a devolverla... ¡el parto fue tan difícil! — ¿Qué parto? — El de la olla. — ¿Qué?! — Ah, ¿usted no sabía? La olla estaba embarazada. — ¿Embarazada? — Sí, y esa misma noche tuvo familia, así que debió hacer reposo pero ya está recuperada. — ¿Reposo? — Sí, sí. Un segundo por favor –y entrando en su casa trajo la olla, un jarrito y una sartén. — Esto no es mío, sólo la olla. — No, es suyo, esta es la cría de la olla. Si la olla es suya, la cría también es suya. “Este señor está realmente loco”, pensó, “pero mejor que le siga la corriente”. — Bueno, gracias. — De nada, adiós. — Adiós, adiós. ...
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