El Liderazgo Positivo y las Interacciones de Alta Calidad

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La mayoría de las personas que trabajan han experimentado alguna vez, y ojalá con frecuencia, interacciones con algún líder (no importa si es su jefe, un par o inclusive un colaborador), en las que se sale empoderado, con claridad de lo que hay que hacer y vibrando para incorporarse a la acción de inmediato, con plena seguridad de que va a lograr lo propuesto.
Son interacciones en las que la persona se siente valorada, donde puede ver con claridad sus fortalezas y cómo usarlas en un proyecto o reto específico. Son interacciones que pueden durar mucho o escasos minutos, pero que son suficientes para salir a “conquistar el mundo”. Inclusive, pueden ser interacciones escritas, tal como me sucedió mientras escribía este artículo, cuando recibí una poderosa y muy ilustrativa carta de un compañero de trabajo y sus apreciaciones sobre mi liderazgo como Director del Proyecto Happiness para Latinoamérica. Luego de leerla, me sentí agradecido, empoderado y con claridad de dónde podría hacer ajustes en mi gestión para hacerlo mejor.
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Esos encuentros se denominan Interacciones de Alta Calidad (IAC) y son el tipo de interacciones que se persiguen generar con frecuencia desde el liderazgo positivo.
Los efectos positivos que tienen este tipo de interacciones en las personas son impresionantes. La Doctora Bárbara Fredrickson, profesora del departamento de psicología de la Universidad de Carolina del Norte en Estados Unidos,  recoge en un meta estudio los beneficios que recibe una persona que con frecuencia vive Interacciones de Alta Calidad. Solo por mencionar algunos, podemos decir que estas personas:
Son física y psicológicamente más saludables.
Tienden a tener mejores funciones cognitivas, es decir, se amplía su capacidad de pensamiento.
Aprenden más rápido, especialmente en el trabajo.
Tienen mejor capacidad de resiliencia.
Se comprometen más y se involucran más.
Son más creativos.
Lo cual evidencia los beneficios para un líder de considerar aprender cómo generar este tipo de interacciones con sus colaboradores y equipo de trabajo. Para ello, Jane E. Dutton, Profesora de la Universidad de Michigan, y quien se dedica actualmente a estudiar la conexión entre el éxito en el trabajo y la calidad de las relaciones interpersonales, hace una aproximación espectacular sobre cuatro pilares que caracterizan este tipo de interacciones:
  1. Están basadas en el respeto: Y cuando Dutton se refiere al respeto va mucho más allá del simple y necesario trato cordial con otras personas. Se refiere a ver y relacionarnos con el otro como en Ser Humano que es. Nos invita a no ver a las personas como un recurso, ni como un obstáculo o como una plataforma para alcanzar objetivos.
  2. El líder positivo se ejercita constantemente para poder lograr presencia plena en las interacciones con su equipo de trabajo. Presencia plena se refiere a dedicar toda su atención a su equipo, a lo que tiene que decir y a comprender desde dónde y bajo qué circunstancias hablan sus colaboradores. Esto sin duda, implica conocer con mayor profundidad a las otras personas y llevar las relaciones a un nivel mucho más profundo y constructivo.
  3. Facilitar el éxito del otro: Un buen líder sabe cómo distribuir asertivamente el trabajo dentro de su equipo, y un líder positivo lleva esto a un paso más allá, asegurándose de cumplir con algunos requisitos esenciales y donde el empoderamiento se da de manera inteligente trascendiendo de la simple delegación de tareas. El líder positivo es estratégico al asegurarse que la persona tenga el conocimiento adecuado para la tarea que se le asigna, y si no lo tiene lo instruye o lo conecta con el conocimiento o quien lo tiene; también se asegura que tenga la experiencia necesaria para realizar la tarea o el nivel de reto sea alcanzable para la persona a quien se le está delegando; toma también en cuenta que la ejecución de la tarea implica el uso de recursos y le da acceso al uso de los mismos; y finalmente genera un vínculo emocional con la tarea, para que exista la motivación necesaria para emprender el reto que se está delegando. En resumen, el líder positivo piensa y actúa como un habilitador del éxito del otro. No hace el trabajo del otro, pero facilita que el otro pueda y quiera hacerlo.
  4. Confianza en los otros: Quizás uno de los elementos más complejos de desarrollar, porque implica la vulnerabilidad del líder para comprender y permitir que otros piensen distinto y actúen distinto, encontrando formas alternas y diferentes a los estilos propios del líder de hacer las cosas.


El mundo de hoy se caracteriza por la colaboración y la construcción generativa de ideas y emprendimientos. Gracias a eso vivimos una época de acelerados cambios tecnológicos con aplicaciones múltiples en la vida diaria del Ser Humano, lo que nos lleva a pensar que la época de los líderes de visión única ha terminado para dar paso a líderes de visión compartida.
Hoy en día las ideas poderosas pueden estar en cualquier miembro del equipo, y cuando un líder positivo confía en su gente y genera espacios de confianza entre ellos, esas ideas salen a la luz y se materializan en sistemas más eficientes para alcanzar los retos que se plantean.
  • Jugar: El elemento de la disrupción. Todas las especies animales juegan, y el Ser Humano adulto y en el trabajo, no debe ser la excepción. El juego en el trabajo facilita mantener una tensión creativa y productiva, ayuda a generar reto en lo que se emprende e introduce o mantiene un factor de disfrute por lo que se hace, elemento clave para elevar los niveles de felicidad y mantener un estado mental positivo y optimista que permita trabajar en el rango alto de capacidades.

Los momentos de juego en el trabajo son espacios de exploración e interacción que construye nuevo conocimiento (despierta la creatividad) y amplía la capacidad de acción de los equipos de trabajo e individuos.
Los estilos tradicionales de liderazgo tienden a malinterpretar estos comportamientos en sus equipos de trabajo y lo ven como pérdida de tiempo. Por el contrario, el líder positivo entiende el poder creador de estas interacciones y las empodera y canaliza para energizar a su equipo y ampliar su capacidad de generar resultados diferenciales.
Lo interesante de estos cuatro pilares es que no se refieren a habilidades que debe generar un líder. El planteamiento  aquí es diferente: no se trata de desarrollar nuevas habilidades, se tratar de cambiar rutinas y hábitos. 
Reflexione sobre cómo maneja Usted sus interacciones, cómo las inicia, cómo las termina. Y analice qué rutinas podría cambiar para estar mejor sintonizado con estos cuatro pilares.


Fuente: Msc. Gladys Primera... Información compartida para el mejoramiento del trabajo en equipo y la felicidad organizacional

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