Tengamos caras de Estúpidos y seremos más felices!!!
Algo alocado este título, cierto!!!...
Bienvenidos una vez más a mi espacio, tu espacio, para reflexionar y aprender un poquito de cada tema que nos sirva para la construcción de una vida más feliz, mas placentera en estos tiempos de turbulencia que vivimos y de constantes cambios e incertidumbres. Yo lo asumo con mucho optimismo, pero optimismo inteligente, ya hablaré en otra oportunidad sobre ello, ya que sin duda alguna es una estrategia para nuestro camino a la felicidad.
En esta oportunidad, quiero comentar sobre un vídeo que vi sobre el conferencista internacional Venezolano Eduardo Marti el cual hace mención sobre este tema e invita a ser parte de una cruzada que el llama, Seamos más Estúpidos.
En su conferencia, hace mención del mal uso y desviación que ha tenido la palabra desde la época de los Romanos, el cual a sido recalcado desde la Real Academia Española hasta pensadores famosos, conceptualizando el término con el significado de Torpeza y lentitud notable en comprender las cosas”. Wikipedia lo menciona como “el adjetivo referido a la persona de inteligencia escasa. Se usa como sinónimo de menso, lerdo, tarado, idiota, hijo de burro, animal, boludo, lelo, imbécil, gafo, etc…”
El mismo Albert Einstein dijo “Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro”. Anatole France se refirió así: “el estúpido es peor que el malo, porque el malo descansa de vez en cuando pero el estúpido jamás”. En uno de sus escritos Leonardo Da Vinci afirmó “Si Dios existe, le voy a pedir cuentas de lo absurdo de la vida, del dolor, de la muerte, de haber dado a unos la razón y a otros la estupidez”.
Pero, realizando una búsqueda por internet sobre el origen de esta palabra, se consigue que la misma lleva como significado de origen del latín stúpeo, stupere, stúpui, que significa sentir estupor, quedar maravillado. ¿Qué tal?
De hecho, comparte la misma raíz etimológica de las palabras “estupendo” y “estupefacto”. Significa quedar atónito, pasmado, maravillado, desconcertado, sorprendido, patidifuso, boquiabierto. Estupefacto es el que está sorprendido por algo poco habitual y denota desconcierto o sorpresa. Estupendo es algo admirable, muy bueno, asombroso. Que destaca por sus cualidades muy buenas o extraordinarias, excelente, magnífico.
Al final, Eduardo Marti expresa:
Quiero en mi vida dejarme llevar más por la cara de estúpido que por la cara de inteligente. Esa ya la he ensayado y usado mucho en mis días. Ahora quiero andar por los días viendo las maravillas que me rodean, dejándome afectar, contemplándolas, maravillándome, y poner con la mayor de las libertades mi cara de estúpido.
Quiero dejar de ser sólo inteligente. Quiero correr el riesgo de ser llamado bobo al poner mi cara de estúpido cuando vea un hermoso atardecer. Quiero ser un estúpido cuando vea las sonrisas en los rostros de mis hijos. Quiero ser un estúpido cuando vea un buen desempeño en mis empleados. Quiero ser un estúpido cuando vea en cada persona el milagro que es.
Estoy rodeado de cualquier cantidad de maravillas que pasan a mi lado y no las veo ni me dejo emocionar para evitar parecer estúpido. Allá los romanos antiguos que no querían mostrar sus emociones. Hoy declaro que quiero despertar en mí la capacidad de sorprenderme por las pequeñas cosas, las pequeñas maravillas, los pequeños milagros.
Y la estupidez pasa a ser uno de los atributos que todo líder y gerente debe desarrollar para dirigir a su gente y sus equipos. Dar las gracias con cara de estúpido. Entregar un reconocimiento con cara de estúpido. Asignar una tarea con la confianza en que se hará bien porque puede ver, desde la estupidez, las capacidades de sus colaboradores.
Definitivamente, la estupidez abre la puerta emocional que nos permite estar con el otro, reverenciarlo, dignificarlo, engrandecerlo, admirarlo… y eso hacen los líderes. Quiero ser un grandísimo estúpido y a mucha honra. Hacemos falta los estúpidos para emocionar la vida de otros.
Bastante interesante el artículo, sobre todo por las etiquetas que muchas veces colocamos a las personas en el hogar, en la calle, en el trabajo sin saber el verdadero significados de ellas, usándolas con tal naturalidad para ofender y desprestigiar. Entonces, porque no vivir una vida maravillándonos por las cosas buenas que nos pasan, por la felicidad de nuestra familia, de nuestros hijos, y hasta de nuestros errores, ya que al equivocarnos aprendemos una forma nueva de hacer las cosas y de la posibilidad de corregirlas y hacerlas bien, quedando sorprendidos por el éxito obtenido y allí colocaremos caras de estúpido...
Gracias por leer mis líneas y te invito a revisar mis otros artículos.
Namaste!!!
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